- Valeria Hernández Barreto
- 22 may 2019
- 2 Min. de lectura
La tarde comenzaba, mi corazón latía rápidamente, nunca imagine que el día llegaría, lo único que pensaba era en como me veía, me mire al espejo una y otra vez, algo que realmente no importaría pues de nada serviría mi apariencia este día tan importante.
Respire una y otra vez, raspaba mi voz para esclarecerla, salí de casa y caminé hacia el metrobus. El Polyforum era mi destino, al llegar al metrobus me di cuenta que no traía crédito en mi tarjeta, una larga fila me esperaba pues para poder abonar a tu tarjeta había mucha gente; al intentar pasar una señora me dijo si quieres te paso, no dude en decirle que no y de inmediato ya estaba esperando el metrobus, llegué a la estación “POLYFORUM,”un edificio alto gris ahí era, con el número 417 sobre Insurgentes sur, estudios Quarry me esperaba.
Al entrar percibí un olor a pino, todo perfectamente limpio. De un lado una señora estaba limpiando la barra de recepción, escucho a lo lejos una voz de una mujer, me dice la secretaría no debe tardar. Veo un sillón amarillo mostaza, se ve bastante cómodo, decidí sentarme pasaron 5 minutos; no quería checar redes sociales ni nada que tuviera que ver con mi celular, realmente me quería concentrar en lo que iba a hacer, mi gran sueño al fin se cumpliría, por años soñé este momento pero ahora los nervios se apoderaban de mí de una manera como nunca antes.
Sale una señorita con lentes de una puerta café que se ve bastante desgastada:
¡buenas tardes! me dice, le respondí con un simple: ¡Hola! vengo a mi llamado. Fijamente se queda mirándome, ¿eres Alonso Arriaga? Así es, afirmé; ven acompáñame.
Abordamos el elevador, marcaba el piso 5, ¿traes tu libreto?me pregunto, afirme con mi cabeza y un silencio incomodo nos invade, ¿es tu primera vez? y volví a asegurar la respuesta con mi rostro. Llegamos y percibí un olor a alfombra vieja, al entrar, sale el maestro Nahum,me dio la bienvenida y me felicitó por el proyecto nuevo.
Me dan indicaciones sobre el micrófono, al fin entré a un estudio de grabación, el olor es delicioso, es bastante confortable el asiento que me han dado, puedo ver una pantalla donde aparecen varias escenas de la película, me brindan unos audífonos, comienzo a escuchar las indicaciones del director, ¿estas listo? ¿Si lo leíste en casa? escuché al director mandándome órdenes.
El sudor recorre mi espalda levemente, mi cabeza está caliente, no lo puedo creer, lo he logrado, al fin mi sueño se cumplió: doblar una película. Le daré voz a un personaje animado, la felicidad y agradecimiento inundan mi corazón, los sueños se cumplen si los deseas con tanta fuerza.
